Como
fue mi niñez cuando yo era pequeña.
Teníamos otra forma de divertirnos distintos a los de ahora, en verano solíamos jugar al corro, a las cuatro esquinas, al esconde pañuelos, a la madre luna y a otros muchos mas juegos que hoy en día nuestros niños no saben . También hacíamos un corre calles que era muy bonito.
Consistía en cogerse de las manos por parejas y levantándolas hacia arriba íbamos pasando unas por debajo de las otras cantando esta canción: A la flor del romero romero verde, si el romero se seca ya no florece ya a florecido.
Teníamos otra forma de divertirnos distintos a los de ahora, en verano solíamos jugar al corro, a las cuatro esquinas, al esconde pañuelos, a la madre luna y a otros muchos mas juegos que hoy en día nuestros niños no saben . También hacíamos un corre calles que era muy bonito.
Consistía en cogerse de las manos por parejas y levantándolas hacia arriba íbamos pasando unas por debajo de las otras cantando esta canción: A la flor del romero romero verde, si el romero se seca ya no florece ya a florecido.
Y así
le dábamos la vuelta al pueblo.
Otro de los juegos era el de la madre luna. Como entonces no había nada mas que una bombilla en cada esquina, se reflejaba la luz en medio y sombra a los lados, una niña se quedaba en medio y las otras a un lado y a otro. Metiéndonos en medio de la que se quedaba dentro de la luz decíamos madre luna que estoy en tu cuna y así hasta que la del medio pillaba a otra.
El
esconde pañuelos también era muy divertido. Una escondíamos un
pañuelo y las demás buscábamos. Si estábamos cerca se decía
caliente caliente como el aguardiente y si estábamos lejos se decía
frió frió como el agua del río y así hasta que alguna lo
encontraba.
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